Luego de más de un año en prisión domiciliaria, un reconocido comerciante de Santa Rosa fue finalmente trasladado a una comisaría común, tras quedar firme la condena que lo sentenció a 16 años de prisión por haber abusado sexualmente de su nieta desde que la niña tenía apenas cinco años.
El hombre, de 73 años, comenzó a cumplir su pena en febrero del 2024, aunque hasta ahora lo hacía desde la comodidad de su hogar, con monitoreo electrónico, debido a problemas de salud esgrimidos por su defensa. Esa situación cambió en las últimas horas, tras la decisión del Tribunal de Impugnación Penal (TIP), que ratificó el fallo inicial y habilitó su traslado a una celda de la Seccional Segunda.
En el juicio, el juez Carlos Alberto Besi lo declaró culpable de abuso sexual gravemente ultrajante y abuso con acceso carnal contra una menor de 13 años, bajo amenazas, con el agravante de ser su abuelo y figura responsable de su cuidado. La sentencia había sido apelada por el abogado defensor, Hernán Danzi, quien logró inicialmente que se le concediera prisión domiciliaria por razones médicas.
La historia detrás de la causa estremece. La víctima, hoy con 17 años, sufrió los abusos durante más de seis años. Su entorno familiar se quebró, y su vida cambió para siempre: actualmente reside en España, adonde emigró con su madre buscando protección y la posibilidad de reconstruirse lejos del lugar que marcó su infancia.
El pasado 11 de marzo, los jueces María Eugenia Schijvarger y Gabriel Lauce Tedin escucharon al acusado en una audiencia clave. Ayer, su decisión marcó un punto de inflexión: la sentencia fue ratificada y pasó a tener ejecución efectiva. En consecuencia, la Oficina Judicial ordenó su inmediato traslado.
Pero la defensa no se da por vencida. A las pocas horas del encierro, Danzi presentó un nuevo pedido de prisión domiciliaria, esta vez ante la jueza de Ejecución Penal, Marisol Rodríguez. En su presentación, el abogado volvió a insistir en las múltiples afecciones físicas del condenado: problemas cardíacos, antecedentes de infartos, reemplazo de caderas y movilidad reducida. Aseguró que su cliente necesita condiciones específicas para vivir y ser tratado, como un baño adaptado.
El Código Penal contempla que personas con enfermedades graves puedan recibir beneficios en el cumplimiento de sus condenas. La defensa se apoya en este punto, pero desde la querella la postura es tajante: el hombre debe cumplir su pena tras las rejas.
“El daño fue enorme y no puede repararse. Pero que el responsable esté en prisión es un acto de justicia y un mensaje claro para la sociedad. Esta familia tuvo que exiliarse para que la joven pudiera sanar en paz, lejos del miedo”, expresó el abogado querellante, Simón Barreto.
La batalla judicial por la prisión domiciliaria está lejos de terminar. Sin embargo, por ahora, el acusado duerme en una celda común. Es la primera noche que lo hace, pero no será la última… al menos, si la justicia sigue su curso.
Santa Rosa: detienen a empresario condenado por abusar de su nieta

Luego de más de un año en prisión domiciliaria, un reconocido comerciante de Santa Rosa fue finalmente trasladado a una comisaría común, tras quedar firme la condena que lo sentenció a 16 años de prisión por haber abusado sexualmente de su nieta desde que la niña tenía apenas cinco años.El hombre, de 73 años, comenzó […]